25/05/2024

Un inglés guardó 40 años el casco de un soldado argentino para devolvérselo a su hija

Virginia recibió el casco de manos de Thomas en un acto conmemorativo en el cementerio municipal de Chajarí, donde descansan los restos de su papá.

Un inglés guardó 40 años el casco de un soldado argentino para devolvérselo a su hija

Mark Eyles Thomas lo encontró en el campo de batalla. Luego de conservarlo durante cuatro décadas, ubicó a la familia del veterano argentino Daniel Sírtori y recorrió más de 25 mil kilómetros para restituirlo.

Virginia hija de Sírtori, revisó su WhatsApp, vio la foto y automáticamente reconoció el casco. Lo asoció con una imagen que conocía de memoria: la de su papá, Daniel Sírtori, con una rodilla clavada en la nieve de Malvinas.

Virginia recibió el casco de manos de Thomas en un acto conmemorativo en el cementerio municipal de Chajarí, donde descansan los restos de su papá.

“Me siento honrado de poder devolvértelo. El casco ha viajado más de 25 mil kilómetros y cruzó muchas zonas horarias.Estoy seguro de que tiene muchas historias para contar”, le dijo el veterano británico.

A principios de la década del 80, al igual que muchos jóvenes, Daniel Sírtori ingresó al servicio militar obligatorio en el Centro de Instrucción del Parque Pereyra, en Villa Elisa, provincia de Buenos Aires.

Luego fue trasladado al Batallón de Infantería de Marina 5 (BIM 5) en Río Grande, Tierra del Fuego. Tenía 19 años cuando lo reclutaron para Malvinas.

Finalizada la guerra, el “Gringo” -así lo apodaban amigos y camaradas- Sírtori volvió a Entre Ríos, ejerció su oficio de mecánico, se casó con Cristina Vello y juntos tuvieron a Virginia.

El 3 de junio de 1999, a los 37 años, decidió quitarse la vida. “Yo tenía 6 años cuando se fue. Y aunque lo disfruté poco, puedo decirte que fue un papá maravilloso. Todo el mundo lo quería”, menciona la joven.

Y sigue: “Sus amigos todavía lloran por él y lo recuerdan con retratos e incluso con pinturas en sus casas. Todos querían tocar y besar el casco. Pensar que mi papá lo usaba hasta para calentar agua e incluso cocinar”.

“Pasamos unos días hermosos. Yo me la pasé llorando y si mi hija no tiene voz, yo menos. Mark y su mujer son personas muy especiales y hubiera querido que se quedaran más tiempo”, agrega Cristina, viuda de Sírtori.

Durante su corta e intensa estadía en la Argentina, Mark Eyles Thomas comió asado y tomó vino. Se abrazó y se sacó fotos con veteranos que combatieron contra él.

Volvió a Londres sin el casco y con una nueva promesa: regresar en los próximos meses.

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